miércoles, 28 de diciembre de 2011

No conozco nada ni a nadie,
pero sé que existen tus manos.
Tampoco tolero a nadie:
fragua de inútiles.
Pero sé qué posees.

Ora,cuanto más tiempo pasa,
más los insulto a ellos,
más echo de menos los surcos de tu diafragma perspicuo.

Claro, como nuestro inopinado retroceder.
Terso, porque a tu alma le sobra el llanto que me pertenece.
Transparente, como mi voz que nace.

martes, 27 de diciembre de 2011

Guido Crepax



Joven y parda, tu creación no supuso más que la creación del inicio de un amor; piernecitas, minitas de lápiz deshechas, y el hilo de tus movimientos en una canción.