sábado, 14 de junio de 2014

La enfemedad

Y estás aquí, chiquita, complementando las horas,
y te vas y me voy,
y en un grito de espanto te dejas vencer entera,
me abres en dos con tu conexión parcial,
y me gritas y te grito,
y no conozco ahora más placer que el que tus músculos me inyectan.

Y estás aquí, chiquita,
y te vas y me voy,
y de una patada me expulsas de esta genocida vida puerca, sin consistencia
y con herida,
mientras me roza tu sangre, que no es cálida si no cortan astillas de óxido mis manos abyectas
y te vas, y me voy, dentro de este nuestro mundo gris,
y estás aquí, chiquita, intentando que no te coma el mundo,
y en una patada me haces gritar,
que no, que esto no vale.

No hay comentarios:

Publicar un comentario