martes, 1 de abril de 2014

Memoria expresiva 0

Total y necesariamente inestable, espero que nunca busques estabilidad en mi, soy la plusvalía de la necedad, nunca esperes nada de mi, advertido in situ, no daré mi opinión, no diré nada.

Me escondo tras un acorazado de múltiples variantes, soy una decepción constante, me pierdo y me cierro, lloro y me escondo, soy todo el dolor que te causo y todo el menosprecio que me echo encima por merecido de perra.
No pienso en ti, no pienso en nadie, no en mi y no en nada. Pienso en el poder pensar algún día.
También en el monstruo insensible que aguarda bajo mis tripas, sabías que era incapaz de amar, sabías que con la falta de escrúpulos sería un día el tasador de todo tu daño, que sabe querer pero no como manejar ese amor, y que se pierde y se traga a si mismo.
El óvalo de la desdicha lo han llamado, seres de metro ochenta que te desgarran el alma, y después desgarran su vida.